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Foto del escritormfutgol

Final rápido para proceso Sanguinetti en Santa Fe

Actualizado: 21 mar 2019

Santa Fe y Deportes Tolima llegaron con necesidad de victoria a su duelo en El Campín, por la cuarta fecha de la Liga Águila -mayor, sin ninguna duda, en el caso del equipo local, que protagonizaba su cuarto partido del torneo-.  Guillermo Sanguinetti y Alberto Gamero, los dos entrenadores a cargo, no solo coincidieron en el azul oscuro de sus chaquetas de paño, sino que apostaron por la seguridad defensiva como el sello característico con el que ambas escuadras se plantaron en el césped del escenario de la calle 63. Siempre acentuados detrás de la línea del balón, e intentando que el rival se adelantara, con el objetivo de identificar espacios que les permitiera sorprender a la contra, Tolima y Santa Fe le entregaron el protagonismo de la primera parte a sus mediocampistas defensivos: Jeison Gordillo y Andrés Pérez. Cada uno, trabajando por delante de los zagueros, no sólo le recordaba los movimientos tácticos a sus compañeros, sino que recibía el balón e intentaba dictar el ritmo del compromiso, con pases hacia los costados, esperando la proyección de los laterales o algún movimiento sorpresivo de los mediocampistas a su alrededor. Con ambos conjuntos diseñados para reaccionar ante la iniciativa que proviniera del otro lado del campo -una propuesta que, en el caso de Santa Fe, fue desde todo punto de vista desafortunada y carente de ambición, teniendo en cuenta la localía- sin poner en riesgo el equilibrio general, el ritmo del compromiso se hizo previsible y huérfano de llegadas peligrosas.  Como bien recordaron en la rueda de prensa posterior al partido -la última que iba a tener como entrenador del conjunto rojiblanco Guillermo Sanguinetti- tanto el uruguayo como Gamero sentían que, de esa manera, sus equipos tenían controlado el encuentro, al no brindarle llegadas claras al rival. Por el lado santafereño, la novedad táctica de cara al ataque, tímida pero real, fue proyectar por banda a Juan David Valencia, en teoría lateral izquierdo, casi como un extremo, permitiendo que Luis Manuel Seijas retrocediera por esa misma zona, para intentar construir como un interior, y ser opción de pase y salida para Andrés Pérez y Juan Daniel Roa. Sin embargo, el buen hacer defensivo del lateral derecho Nilson Castrillón, con el apoyo del venezolano "Cariaco" González, que regresaba para doblar en marca, anuló esa intención. En el Deportes Tolima, la movilidad de Marco Pérez, que bajaba los balones enviados por Danovis Banguero, se acercaba a las maniobras de Larry Vásquez, y trataba de combinar con Albornoz y el mismo "Cariaco", mantuvo ocupados a Fainer Torijano y Carlos Henao, quienes se alternaban para anticiparlo. Con ambos equipos utilizando hasta a cinco futbolistas en el centro del campo, resguardados por una línea de cuatro defensores, las dos escuadras impedían a la oposición encontrar el tiempo y la claridad de filtrar pases o combinaciones en el último tercio de cancha. Merced a ello, los arqueros Banguera y Montero se convirtieron en espectadores, durante el primer tiempo.

Observando desde uno de los palcos de El Campín, el portugués Carlos Queiroz, nuevo técnico de la Selección Colombia de Mayores, no habrá podido extraer demasiado de los primeros 45 minutos de fútbol profesional que observa, en vivo y en directo, en nuestro país.



Teniendo en cuenta los resultados que precedían el encuentro, la propuesta de Alberto Gamero tenía margen de crecimiento, tras el buen resultado obtenido en Techo, frente a Rionegro Águilas, dos goles por cero, una semana atrás. En el caso santafereño, por el contrario, las decisiones de Sanguinetti no reflejaron una intención real de tener la iniciativa, presionar al onceno de Ibagué e ir decididamente por la victoria, tras los malos resultados de las tres jornadas anteriores, cuando sólo había conseguido un punto de nueve posibles. Para el arranque de la segunda mitad, si bien no hubo cambios en las nóminas, Gamero sí envió a sus dirigidos con la clara intención de llevarse el triunfo: Tolima adelantó líneas y comenzó a explotar la espalda de los laterales de Santa Fe, asfixiando la salida del balón y recurriendo al desborde.  Por izquierda, alternando como extremo o segundo punta, Omar Albornoz adquirió protagonismo y, en el minuto 57, tras ganar la espalda del lateral derecho Carlos Arboleda, encaró dentro del área a Fainer Torijano. El zaguero de Santa Fe lo cruzó, calculando mal la velocidad del atacante, y el juez central decretó la pena máxima a favor del visitante.  El goleador Marco Pérez remató desde los once metros, con serenidad, al palo izquierdo de Giovani Banguera, quien se lanzó hacia el otro costado, dándole la ventaja - que sería definitiva- al Deportes Tolima. Con Carmelo Valencia y Faider Burbano invisibles, sin compañeros que les permitieran quedar mano a mano en ataque, Sanguinetti le dio entrada a Johan Arango en el minuto 61 -suplente, tras no jugar en el partido anterior ni un minuto- y sacó a Juan David Valencia, intentando que la calidad técnica del díscolo futbolista vallecaucano se hiciera sentir en labor creativa. De ahí en más, Santa Fe intentó llegar con tesón, aunque con poca claridad, pero Tolima supo defenderse y, con el relevo de Rentería por Gordillo -quien había recibido tarjeta amarilla en el 63- al minuto 68, impidió que la presencia de Arango trascendiera.  Tampoco resultó determinante Omar Pérez, quien ingresó a los 73 por Burbano, si bien dos acciones generadas por el pie privilegiado del argentino, en la zona alta del mediocampo, pusieron a prueba los reflejos de Álvaro Montero, quien resolvió con seguridad, exhibiendo ante Queiroz que puede ser una alternativa interesante, en la Selección Mayor, para David Ospina. Los diez minutos finales del compromiso, salvo dos tiros libres de costado, donde Santa Fe insinuó algo de peligro, dieron paso a los cánticos de la tribuna roja, que dirigió el "fuera, fuera" al técnico Guillermo Sanguinetti. Finalizado el encuentro, Alberto Gamero compareció en rueda de prensa satisfecho por la victoria tolimense, resaltando su disposición para "ayudar en todo lo posible" a Carlos Queiroz en este nuevo ciclo de Selección -la Federación lo quiere como asistente del portugués, aunque él negó cualquier contacto- y seguro de que todo va por buen camino para el debut en Copa Libertadores, el próximo mes. Cuando fue el turno para Guillermo Sanguinetti, el uruguayo lamentó la falta de definición de su equipo y reiteró que un empate hubiese sido lo justo. Interrogado acerca de los malos resultados y la reacción del público, pidiendo su salida, enfatizó en que seguiría trabajando para dar vuelta a las cosas.  Sanguinetti, desvinculado Un día después de la derrota en casa, el club ha confirmado la salida del equipo del entrenador uruguayo, de común acuerdo, tras sumar únicamente dos puntos de doce posibles. Gerardo Bedoya será, por el momento, el DT encargado, de un Santa Fe que ha extrañado, hasta el cansancio, la virtuosidad goleadora de Wilson Morelo, hoy día en la Superliga Argentina, pero que con Sanguinetti jamás exhibió un estilo proclive a dominar y proponer, sino a ser reactivo y jugar al contragolpe.

La plantilla cardenal es fuerte, sobre todo de mediocampo hacia atrás, pero necesita trabajar en transiciones y fórmulas de ataque completas, que no dependan siempre del error del rival.

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