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  • Foto del escritorFrancisco Castillo

Humildad y evolución: El regreso del Liverpool a la gloria europea


La final de la UEFA Champions League, el choque entre los dos conjuntos ingleses que tuvo como sede el estadio Wanda Metropolitano de Madrid, y que les llevamos, en vivo y en directo, a través de la señal de Mundo FutGol Masters, deja interesantes reflexiones sobre el triunfo del Liverpool, campeón con todo merecimiento en esta edición del torneo de clubes más importante del mundo. La escuadra "red" llega a la sexta corona europea y estas son las principales conclusiones que deja su nuevo logro:


- Recuperar el arte de la defensa. En una temporada de Champions y de Premier League con goleadas y remontadas espectaculares -pero también mayúsculos errores defensivos- Liverpool construyó su éxito a partir de una solidez legendaria, sobre todo en Anfield Road. No concedió un solo gol en las rondas eliminatorias de la competencia y ayer, mantuvo a raya la búsqueda frenética del Tottenham, sobre todo en la segunda mitad. Sumó ese ingrediente, ahora fundamental, a la gran fuerza de ataque que ha mostrado desde la temporada anterior.


- El impacto de Allison Becker en la portería. Tanto en la serie de semifinales ante el Barcelona -sobre todo en la remontada de Anfield- como ayer, cuando Tottenham buscó con desesperación un gol durante todo el segundo tiempo, el guardameta brasileño se hizo insuperable, no solo atajando con espectacular seguridad, sino eligiendo sabiamente la manera de intervenir en cada jugada. A día de hoy, el valor pagado por Liverpool a la Roma para ficharle, un año atrás, ha demostrado ser una inversión genial. Con 26 años, el guardameta brasileño ya ha dejado un registro tremendo de 21 partidos sin conceder gol en la Premier League y ha mostrado toda su valía camino al título europeo. Destinado a marcar época en Anfield.


- La tendencia imparable de Virgil Van Dijk como el mejor del planeta. Si algo se confirmó en esta final, es el ascenso del zaguero holandés a la cúspide de los grandes defensores del fútbol mundial. No sólo mantuvo a raya la mayor parte de los intentos de Harry Kane y de otros rivales, sino que dominó, desde la serenidad, el liderazgo y las indicaciones constantes a sus compañeros, gran parte del panorama defensivo del encuentro, para que Liverpool conservara la ventaja obtenida al inicio del primer tiempo. Con un posicionamiento impecable, gran capacidad en el juego aéreo y óptima salida de balón, a los 27 años lo mejor de Van Dijk apenas empieza a verse y, con la madurez y experiencia que adquiere en el máximo nivel, su techo parece aún lejano. Hasta le quedó tiempo para expresar que -si bien no lo rechazaría- le daría a Messi el Balón de Oro cada temporada, por su calidad futbolística.


- Los pequeños detalles siguen siendo trascendentes, en medio de la imprevisibilidad del fútbol. En la instancia más importante y decisiva del torneo que representa la excelencia futbolística dentro del balompié actual, la meticulosa preparación realizada por Klopp y Pochettino durante tres semanas, perdió cualquier lógica en apenas dos minutos: el penalti obtenido por Sadio Mané a los 30 segundos de partido, ante el brazo abierto de Sissoko en el área de Tottenham, y la posterior conversión de la pena máxima por parte de Mohamed Salah, dos minutos después, fue el momento definitivo de la final. De ahí en más, lo proyectado en la previa del juego varió inevitablemente, lanzando por los aires buena parte de la planificación. El célebre "fútbol, dinámica de la impensado", que da título al libro de Dante Panzeri, volvió a exponer su maravillosa certeza en Madrid.


- La fortaleza mental, factor desequilibrante. La autoridad con la que "Mo" Salah ejecutó el penalti que le ha dado el título al Liverpool, no sólo exhibió cómo se sobrepuso a su salida, por lesión, un año atrás, en la derrota ante el Real Madrid, sino a la manera como utilizó aquel momento, observando incluso una foto de lo acontecido antes de saltar ayer al campo del Wanda Metropolitano, para motivarse y lograr el gol del triunfo.


Esa capacidad para usar la adversidad como trampolín hacia el título, se ha mezclado con el espíritu de humildad que caracteriza a este Liverpool, y que es una señal innegable de la gran influencia de Klopp como líder del proyecto. Los dos laterales del equipo, Trent Alexander-Arnold y Andrew Robertson -además de máximos asistidores de gol durante toda la temporada- lo dejaron claro, no solo con su altísimo rendimiento, sino con su sencillez cuando terminó la final. Alexander-Arnold, héroe ante el Barcelona y que ayer fue casi infranqueable por banda derecha, pese a los intentos de Heu Ming Son y Christian Eriksen, dijo que había cumplido su sueño "como chico nacido en Liverpool, de ganar la Champions" y lo hace con apenas 20 años. Robertson, por su parte, no sólo dominó el ida y vuelta por banda izquierda, obligando también a una atajada soberbia de Hugo Lloris, ante su remate cruzado, sino que con una sonrisa de satisfacción, recordó cómo tuvo que remar desde la cuarta división del fútbol escocés para llegar a la Premier, contratado por un equipo humilde como el Hull City, con el cual descendió hace tres temporadas. Fichado por el Liverpool, por un precio relativamente bajo, tres años después es campeón de la Champions, capitán de la selección mayor de Escocia y ha sido escogido como integrante del equipo ideal de la Premier League. Mérito absoluto.


- La confirmación de Mané en el top internacional. Así como "Mo" Salah definió el partido y ratificó su importancia en el equipo, Sadio Mané -quien logró la penalización- ha sido el "diferente" en la ofensiva del campeón europeo esta temporada. Ayer fue un absoluto dolor de cabeza para Trippier y Alderweireld. Con 26 goles y 5 asistencias entre Champions y Premier League, el senegalés ha sido desequilibrante en cada encuentro y ya es un atacante de clase mundial, cuya interacción con Roberto Firmino y Salah no para de mejorar.


- La ambición de ganar más y marcar época. Las palabras del capitán Jordan Henderson -cuya celebración conmovedora, abrazado a su padre, ha dado la vuelta al mundo-, de Sadio Mané y de Mohamed Salah, en medio de los festejos, expresando el deseo firme de ganar y ganar, muestras a las claras el espíritu y el camino de un equipo que logra su primer título, pero que la próxima temporada aspirará nuevamente a todo. Con James Milner siendo el único jugador importante por encima de los 30 años y Daniel Sturridge, otro veterano. del plantel, terminando su contrato, la presencia de jóvenes con potencial emocionante como Oxlade-Chamberlain, Joe Gomez y el mismo Nabi Keita, sumado a lo que el club agregue en el mercado de fichajes -nombres como Memphis Depay y Joao Félix ya han sonado con fuerza- la perspectiva de la escuadra de Klopp es que solamente puede mejorar.


- Jürgen Klopp ya hace parte del club de los ganadores de Champions... Entre los mejores, está hace tiempo. El entrenador alemán, cuyo impacto en el fútbol europeo nació al frente del Borussia Dortmund, ha ingresado al exclusivo grupo de los managers que levantan la Champions League, luego de que algunos le criticaran por haber caído en dos finales al frente del equipo amarillo y no haber ganado trofeos con Liverpool, hasta antes de esta final. Con la victoria, el germano ratifica su condición de ser uno de los tres mejores entrenadores del mundo.


No sólo tiene un conocimiento sobresaliente del juego, sino la capacidad de mejorar el rendimiento y el nivel de cada uno de los futbolistas que están bajo sus órdenes: casos como el de Divock Origi, otra vez héroe en la final, y Andrew Robertson, ya son emblemáticos en esta etapa. Además de su inmenso entendimiento del fútbol, Klopp encarna buena parte de las cualidades que los entrenadores de élite necesitan, hoy en día, para triunfar al máximo nivel: liderazgo impresionante, articulando motivación y exigencia a partes iguales; capacidad de crear y mantener una credibilidad y un respeto por sus ideas, en todo el grupo de jugadores que trabajan con él; y finalmente, un carisma y una empatía que, en esta época de dinero excesivo alrededor del fútbol profesional, donde el narcisismo y el capricho individual son las principales amenazas, frente a los valores más importantes del juego y el deporte colectivo, sabe permear en los futbolistas, para llevarlos a triunfar, defendiendo una idea clara de juego, a través un estilo dinámico, exigente y sorpresivo, innegociable.


Anfield Road y toda la ciudad de Liverpool celebran porque su equipo, con todo merecimiento, es el Campeón de la UEFA Champions League.


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