Ovación de pie para Liverpool

Por: Carlos A. Pérez Domínguez

“Y al final, el amor que recibes es igual al amor que entregas”, dicen The Beatles en su canción The End. Parafraseando a la legendaria banda de Liverpool, podríamos decir: al final, la admiración que recibes es igual al fútbol que entregas. Y ese sería el caso del conjunto que dirige Jürguen Klopp.

La dignidad con la que juega el equipo rojo de Inglaterra se merece un reconocimiento singular. No hay un solo jugador que no muestre compromiso. Corren todas las pelotas, pero sobre producen fútbol con ella. Veneran, en su estilo, el balón. Nunca especulan. El frenesí que se siente al ver un partido del Liverpool, es increíble.

Mientras los jugadores hacen su trabajo dentro del campo de juego, en el área técnica el estratega alemán los observa con su mirada aguda, gesticula y, en muchos momentos, se deja llevar por la exaltación que se viven dentro de la cancha. Siempre está dando indicaciones. Y, de vez en cuando, lanza una que otra sonrisa enigmática.

El trabajo serio que ha desarrollado el conjunto de Anfield lo tiene peleando una lucha encarnada contra el Manchester City, por el título de la Premier Ligue; además, le da esperanza para soñar con revertir el 0-3 de local frente al Barcelona, por la semifinal de la Champions League.

El panorama se presenta complejo para los de Klopp, y él lo sabe de sobra, aunque confía: “No es muy normal que ellos (Barcelona) pierdan 3-0, pero tenemos más pensamientos positivos que negativos para el partido”, dijo el alemán en rueda de prensa.

Al final, Liverpool se puede quedar sin el pan y sin el queso, pero quien disfruta de este deporte, más allá de los goles y los resultados, deberá aplaudir el coraje, profesionalismo y sobre todo el fútbol que destilan Salah, Mané, Firmino y compañía.

Parece increíble que, jugando tan bien, un equipo pueda quedarse sin lograr ningún trofeo. Ante esa posibilidad, sólo queda el reconocimiento del mundo futbolero. Así que, por si pierde o por si gana, una ovación de pie para Liverpool: You’ll never walk alone –Nunca caminarás solo–.