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Santiago García Coronado

Algunos equipos, con el acoplamiento de una filosofía, se hacen especialistas en materias específicas del juego: letales en las formas de atacar o maestros desde la táctica; ya sea por las mismas directrices del club, en su tradición, o por la mano de un entrenador.

Con el paso del tiempo, el cambio de procesos o de plantel, ideas básicas que hacen fuerte a un equipo de fútbol se pueden diluir, justo como se vio en El Campín, de Bogotá, por el partido de ida de los cuartos de final de Copa Sudamericana, entre Santa Fé y Deportivo Cali.

Entrenadores como Gerardo Pelusso, Gregorio Pérez, Gustavo Costas y el mismo Guillermo Sanguinetti han calcado la estrategia del trabajo en la pelota durante años, pero ya sea por la falta de un cobrador especialista, que ponga el balón en el lugar adecuado; o por la falta de centrales dominantes, presentes en otras épocas para ganar en el juego aéreo, poco a poco parece que los cardenales olvidan esta maniobra, que siempre aparecía cuando el juego con la pelota pegada al piso no era solución.

El mismo Pelusso, hoy entrenador del Deportivo Cali, no ha encontrado la manera adecuada de jugar con el cuadro azucarero, que se ha caracterizado durante 2018 por ser irregular: gana un par de partidos jugando bien, luego pierde contra equipos de menor envergadura, más adelante vuelve a ganar jugando flojo y puede perder también, aunque en principio parezca que hizo un partidazo.

En la capital de Colombia, el Cali corrió con suerte ante un Santa Fe que se vio desesperado, mientras el reloj era quien lo empujaba hacia el área verdiblanca. Ezequiel Palomeque -que a propósito es uno de los jugadores más discutidos del plantel por parte de la hinchada azucarera- fue quien, con un "martillazo" de cabeza, le dio una valiosa ventaja al equipo visitante, levantándose entre los centrales del "León", para rematar y poner el 0-1. Durante el partido, fue Santa Fe quien buscó con mayor intensidad, principalmente al inicio de la primera y segunda mitad. Aún así, se fue diluyendo con la imprecisión, también ante la angustia de poder recibir un segundo gol.

Sin embargo Wilson Morelo, el goleador santafereño, le dio vida al conjunto cardenal, con un cobro de pena máxima, sólo segundos antes de que terminara la primera parte; ese reencuentro con el gol "encendió" El Campín y a su hinchada.

Por tramos, Independiente Santa Fé cedía la pelota al Cali, sin ejercer ningún tipo de presión. Los azucareros tampoco eran aplicados en defensa y el balón cambiaba de dueño, por lo dubitativo de ambos equipos.

Lo intentó Seijas, también Morelo y Guastavino, pero el peligro se diluía entre la defensa azucarera y el nivel adecuado del portero Camilo Vargas, que atajó varias pelotas de peligro ante su antiguo equipo.

La polémica vino por el uso de la tecnología, que debutó en nuestro país: el VAR pudo tener influencia directa, precisamente en la jugada en la que se sancionó el penalti que Morelo materializó, por la ubicación de la infracción; pero más allá del debate sobre si la falta previa fue dentro o fuera del área, el central no verificó con el uso del video asistido. La segunda gran polémica, quizá la más discutida, se dio en el segundo tiempo, a los 78 minutos, cuando Arley Rodríguez cazó un rebote, tras un tiro libre de Guastavino, y conectó un derechazo que envío la pelota al fondo de la red. Esa acción pudo significar el 2-1 a favor de Santa Fé, pero el juez central -apoyado, esta vez sí, en la ayuda digital- determinó la anulación por un presunto fuera de juego de Rodríguez, cuando Henao cabeceó dentro de la jugada.

Para el cierre del encuentro, el entrenador Pelusso, fiel a su estilo, terminó sacando del partido a los jugadores creativos, fortaleciendo la marca, con el objetivo de frenar el impulso santafereño y llevarse el empate para la ciudad de Cali. Así, cualquier posible ventaja resultó improbable y la serie quedó abierta, con todo por definir en el Valle del Cauca, entre dos equipos cuyo momento futbolístico no es precisamente positivo.

Cali recuperará a Macnelly Torres y también a Andrés Pérez para la vuelta, mientras que Santa Fe confía en no sufrir bajas para el duelo del próximo 30 de octubre, que tendrá lugar en el Estadio Deportivo Cali, a partir de las 7:45 de la noche.

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